miércoles, 24 de febrero de 2010

UN ESCENARIO

La primera vez que le dije HOLA. Él me dijo con un tono de emoción: ¿QUÉ TAL? Sin duda estábamos conectados. En ese preciso instante recordé las palabras de mi abuela: “La voz es capaz de conectar nuestras almas”. Y no se equivoco, por que la primera vez que lo escuche cantar todo cambio.
Recuerdos de una guitarra, un bandoneón y una armónica, recuerdos que me harán sonreír cuando él halla partido, pues él no me pertenece.
Y cuando lo vuelva a escuchar la melodía dibujara en mi mente una sonrisa y mi corazón sobresaltara de alegría.
No podré decir que no fue amor pero tampoco que solo fue ilusión y eso me basta, pues no tengo que demostrárselo a nadie, así lo recordare, al chico de la llanura donde no existe ni montaña ni mar.
Aquella tarde que lo vi por primera vez, recuerdo exactamente cada detalle de la expresión de su rostro. Recuerdo tantas cosas acerca de él. Sus ojos claros, su voz tan melódica al hablar y cantar, su nariz, sus cejas, sus cabellos. Pareciera que la naturaleza no conociera de almas y de pares, pero al contrario nos puso en el mismo camino.
Escuche con mucha atención cada frase que él dijo, como que si así pudiera atrapar sus pensamientos y mantenerlos eternamente junto a mí.

“Una canción si emoción no es más que un alma con los sueños rotos.
Atrás quedaron las lágrimas, la nostalgia de un adiós, recuerdos que la memoria no dejara atrás.
Soy lo que soy por mis sentimientos cometeré errores pero por ellos creceré. Vientos y tempestades, luego saldrá el sol y me llenara de su luz.”


A Jos Mar

Escrito en Noviembre del 2009. En un lugar especial.

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