EL HOSPITAL

La primera vez que nos vimos, era un día frío de primavera, aquel día no se me pasaba el horrible malestar que tenia en la cabeza, mama decía que era por la fiebre que aun no se me pasaba.
Sentado esperando en Pediatría, allí estabas tú, jugueteando como si ese fuera un patio de juego, dejando de lado que todos estábamos allí por que nos dolía algo. Debo reconocer que en el primer instante que te vi, solo me genero más malestar, es mas lo primero que pensé fue: Como es posible que alguien haga semejante ruido con el dolor que sentía que me partía.
Por otro lado, yo te miraba con curiosidad pues había algo en la expresión de tus ojos que me atrapo. Esa manera de sonreír con los ojos. Era demasiado joven para comprender los sentimientos que me generabas.
Tenia 10 años, creo que era demasiado joven para pensar que quería que siempre estuvieras a mi lado.

Los siguientes 10 años no me enferme, es mas me volví el chico mas sano de mi clase, es así que también pude financiar mi beca en la universidad ya que era parte del equipo de fútbol, eso ayudo a aliviar costos en la casa, aunque esa ya es otra historia.
Ese día, mmm como olvidarlo, jugando pelota en una semifinal en un inter-universitario algo exhausto cerca del arco me prepare a dar un fuerte y certero patadon, cuando..

Luego ya me hallaba en el hospital, con la pierna yesada, y con un dolor horrible de cabeza. –¿Qué paso?, no tengo ni la menor idea de que paso-
Note que había alguien a mi lado, no podía ver con claridad, ya que el dolor no me lo permitía, era una joven.
-Así que ya despertaste, no te preocupes solo era una pequeña fractura y un golpe en la cabeza, a lo que los médicos mencionaron como fuera de peligro-
Estuve allí dos días mas, lo bueno que al día siguiente el dolor ya se había pasado. En esta oportunidad vino un enfermero, me quede con la curiosidad de quien había sido la joven de ayer.

Ya por la tarde dormitando, se aproximo a mi cama
-Asi que eres una estrella de fútbol, como has pasado hoy el día, te haré el control respectivo-
No se por que pero desde que la vi ayer sentía como si la hubiera visto antes.
-Eso es todo, mañana al parecer te darán de alta- y me sonrió, su sonrisa, esa sonrisa la había visto antes, pero no recordaba donde.
-Esos ojos, esa mirada- la única persona que me sonreía con los ojos, definitivamente era ella.
Le pregunte su nombre y me dijiste Isabel, te sonreí.
Los meses siguientes tuve la excusa perfecta para poder verte, ya que debía ir periódicamente por la rehabilitación, en uno de esos días tuve el suficiente valor para invitarte a salir.

(continuara...)

UN ESCENARIO

La primera vez que le dije HOLA. Él me dijo con un tono de emoción: ¿QUÉ TAL? Sin duda estábamos conectados. En ese preciso instante recordé las palabras de mi abuela: “La voz es capaz de conectar nuestras almas”. Y no se equivoco, por que la primera vez que lo escuche cantar todo cambio.
Recuerdos de una guitarra, un bandoneón y una armónica, recuerdos que me harán sonreír cuando él halla partido, pues él no me pertenece.
Y cuando lo vuelva a escuchar la melodía dibujara en mi mente una sonrisa y mi corazón sobresaltara de alegría.
No podré decir que no fue amor pero tampoco que solo fue ilusión y eso me basta, pues no tengo que demostrárselo a nadie, así lo recordare, al chico de la llanura donde no existe ni montaña ni mar.
Aquella tarde que lo vi por primera vez, recuerdo exactamente cada detalle de la expresión de su rostro. Recuerdo tantas cosas acerca de él. Sus ojos claros, su voz tan melódica al hablar y cantar, su nariz, sus cejas, sus cabellos. Pareciera que la naturaleza no conociera de almas y de pares, pero al contrario nos puso en el mismo camino.
Escuche con mucha atención cada frase que él dijo, como que si así pudiera atrapar sus pensamientos y mantenerlos eternamente junto a mí.

“Una canción si emoción no es más que un alma con los sueños rotos.
Atrás quedaron las lágrimas, la nostalgia de un adiós, recuerdos que la memoria no dejara atrás.
Soy lo que soy por mis sentimientos cometeré errores pero por ellos creceré. Vientos y tempestades, luego saldrá el sol y me llenara de su luz.”

A Jos Mar

Escrito en Noviembre del 2009. En un lugar especial.

La pared que decidiste poner

Noches triste, pensando en que la vida perdía el sentido cada vez que tus punzantes palabras herían mi corazón.Las lagrimas corrían rápidamente tratando de curar el dolor.

Hoy mi corazón fue incapaz de sentir, llorar, de borrar el dolor, de hacer algo para que no sufrieras. Siento que soy prisionera en una cárcel sofistica, pero al final una cárcel.

Deje mis sueños a un lado pensando que seria feliz al darte lo que tu querías.Lo triste fue descubrir que mi vida era una mentira, que todo por lo que había luchado no significaba nada para ti, que mi castillo no era absolutamente nada para ti.
Que cada día te esfuerzas por lastimarme a mi y a las personas que mas quiero.

Ahora ya no siento nada, incapaz de sentir, pero en especial hacia ti, hasta el respeto te perdí, todo se perdió con tus palabras.

Sola en la calle, trato de recoger los pedazos que quedan de mi, de dibujar lo mas cercano a mi corazón, pero me atormenta saber que siempre seras la persona que mas me lastime en el mundo, pensé que seria al contrario la persona que mas me amaría en el mundo pero no.

Cada palabra una herida punzante, y ya no tengo fuerzas para surcir esas heridas, se me acabo el valor. Así que te haré a un lado y tratare de ser feliz con lo que resta de mi, por que definitivamente, tu ya no tendrás una parte de mi.
Ayer destrozaste lo poco de amor que tenia por ti, lo poco. Lo tomaste en tus manos y lo tiraste como cualquier cosa.

Te dejare en el recuerdo, toque fondo pero no mas. Caminare nuevamente y mirare el cielo, aun me tengo a mi misma y eso es todo lo que necesito para continuar.